Justo antes de empezar…

El pabellón atronaba. Cuando llegó su amigo, él ya ocupaba su lugar absorto con los estiramientos de los jugadores de ambos equipos. – ¿Madrugador, eh compi? ¿Qué pasa? ¿Cómo lo llevas? – Aquí, con ganas de mandanga, que este año tengo buenas sensaciones. – Vale señor Lobo, no te apresures que aún queda mucha tela…