¡Qué fin de semana el de aquel día!

— ¡Qué carita me traes! — Calla coño que con las emociones no he dormido nada. — Pues yo caí planchado, cuatro horitas, pero bien dormidas. — Anda, déjame uno de tus cruasán que no me veo con fuerzas de levantarme a por uno. — Será por el abuso, pero te juro que me sabe…