Un año más, por estas fechas llega el momento de entregar las notas, día de balances y conclusiones. Como de costumbre cada una de las competiciones tendrá una nota que sumaremos al resto para sacar una media final.

El objetivo mínimo de la Copa ACB es clasificarse, eso sería un cinco. Perdimos en primera ronda, y no competimos demasiado bien. Nunca dio la impresión de que pudiéramos llevarnos el triunfo, pero fue contra el subcampeón y eso cuenta bajo mi punto de vista. Creo que un seis es una nota justa.

En la Eurocup esta vez no logramos alcanzar las semifinales, caímos en cuartos contra el Hapoel en una eliminatoria en la que nos dominaron con bastante claridad. Pero era el tercer año en el que competíamos al máximo nivel y dominábamos con cierta solvencia en las fases previas. Un siete es mi nota.

En la Liga, como en la Copa, llegar al final entre los ochos primeros y con ello clasificarnos para el Play Off supone un cinco. Pero tanto al principio (un fatídico 0-4) como un final de Liga Regular en el que palmamos ante rivales de peor nivel, nos dejó fuera de los cabezas de serie. Esto nos hizo enfrentarnos al Baskonia sin el factor cancha a favor y puede que esto fuera algo definitivo. Pese a ello estuvimos a un triple, bien tirado, de clasificarnos para semifinales. Un siete y medio me parece una justa nota.

Pero este año hay un plus, y no es pequeño. Hay una cuarta competición. Una que ganamos. Y eso no se puede mejorar. Eso es un diez de libro. Un diez grandioso. Un diez inédito para nosotros, porque sí, es verdad, ganamos la Supercopa. La valoración de la temporada se verá marcada por este diez, pero es de justicia.

Un flamante siete con sesenta y dos, un notable sin apreturas. Un año de notable es para estar satisfechos, aunque no es para vanagloriarnos en exceso porque hay margen de mejora. Pero tampoco es momento de perder la perspectiva de dónde venimos, somos un equipo pequeño y conviene no olvidarlo. Disfrutemos de estos buenos años, porque las cosas siempre pueden torcerse.