Desde que empecé a ver el basket hace tanto, y a la vez, tan poco tiempo, tengo en mi memoria la cita de la Copa ACB. Recuerdo cómo se me hacía súper larga la espera entre el final de la primera vuelta y la celebración de la misma, y como aluciné cuando, trabajando para el Granca de “mopa”, nos logramos clasificar por primera vez.
La Copa tenía dos ingredientes principales: por un lado esa química que contagiaba incluso a través de la televisión de entre todas las aficiones que se juntaban ese fin de semana en una sola ciudad, y por otro, esa especie de ilusión inocente, como la de un niño antes de su cumpleaños o de los Reyes Magos.
Por ajeno a un análisis racional que fuera, todas las aficiones íbamos a la Copa ACB con la sensación de que podíamos ganar, podíamos competir. En los Play-Off había que ganar dos o tres partidos a un rival, casi siempre superior y claro, resultaba menos esperanzador. Pero en la Copa sólo había que ganar tres partidos, tres buenos días, una buena racha y tendrías un título
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Además, todas las aficiones de la ACB tenemos más o menos borroso el recuerdo de aquel legendario Manresa de Chichi Creus que logró ganar la Copa. Casi nadie recuerda el pedazo de equipo que tenían, para muchos será solo una especie de leyenda de la que no tienen recuerdos reales (yo mismo) y es que sigue siendo un referente, pese a que este año se cumplen veinte años de aquella edición (deprimente dato para muchos, como el co-autor de este blog, que tiene más años que un bosque).
Por todo esto, por improbable que sea, aunque tengas al duendecillo de la razón gritándote al oído que lo más probable es que el Valencia Basket te pase por arriba, casi todos los aficionados al baloncesto y al Granca afrontamos esta semana casi como niños en la víspera de reyes, con la esperanza de tener los regalos más sorprendentes e ilusionantes, a vivir la magia en estado puro, aunque algo en nuestro interior nos diga que lo más probable es que termines un poco decepcionado.
Como los niños cuando maduran, al final terminas por disfrutar más del proceso que del propio resultado. Así que, todos a vivir con emoción la Copa ACB.
#VamosGranca