¿El fin del camino? La ACB ante su peor panorama

Vamos a ver… Hemos tenido que dejar que pasen varios días para poder abordar este tema. Resulta casi imposible hablar sobre esto sin encabronarse y empezar a decir todo tipo de burradas, que se alejan mucho del tono que queremos dar a éste nuestro blog. Hacemos, por ello, una promesa de contención y una petición de excusas de antemano, deseando muy sinceramente que no vuelva a suceder. Entremos en faena:

El repelente niño dueño de la pelota

En la última reunión de trabajo de la asamblea de la ACB, los cuatro equipos con plaza en Euroleague recogieron sus cosas y se fueron, no sin antes lanzar una amenaza, un chantaje sin disimulo alguno, que consistía en su intención de explorar la viabilidad de una liga de ámbito privado.

¿Por qué semejante sacada de chorra? Pues muy sencillo ¿recuerdan cuando eran niños y jugaban al baloncesto o echaban un rebumbio al fulbito con los amigos del barrio? Siempre había un “repelente niño” que aplicaba la norma de “el balón es mío y me lo llevo cuando quiero” y, por tanto, sus deseos eran ley hasta que su tiranía era eliminada con la adquisición, por los padres de otro niño, de un nuevo balón. Esto es exactamente lo que ha ocurrido en esta reunión de ACB.

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Foto de ACB photo de la reunión de trabajo. El lugar del crimen.

Los tres “grandes” (Real Madrid, FC Barcelona y Saski Baskonia) y el oportunista, hipócrita y ciego CB Málaga quisieron imponer una reducción de equipos en la liga para así aligerar el calendario, que les venía apretadillo para su participación en Euroleague. Al final, los que importan son ellos ¿no?

No parece importarles en cómo afecte esto a los equipos LEB Oro que han ganado con sudor y canastas su acceso a la ACB, tampoco el coste económico que tendrá, para los equipos sin competición europea, la reducción de partidos en la liga o el efecto negativo que tendría esa medida en todos los demás equipos dada la perdida de importancia de la competición y, consecuentemente, la perdida de interés para los patrocinadores.

Ellos sólo piensan en su interés. Algún “listo” correrá a decir que es normal y lógico que piensen en sus propios intereses. Hemos acabado por asumir como normal, lógico y respetable la posición del egoísta cuando lo normal sería que rechazáramos y nos asqueáramos ante comportamientos así. Pero el problema no es solo de comportamiento discutiblemente ético, es que además es un tiro más en el píe del baloncesto en España. No piensan en el conjunto olvidando la simbiosis que hay siempre entre aquellos que comparten ecosistema.

La gran mentira del baloncesto europeo

El baloncesto europeo es un gran “bluf”. A poco que rasques, ves que hasta lo más sólido se asienta en magnates caprichosos, mecenas temporales o el superávit del fútbol.

Antes de ahondar en nuestros argumentos, volveremos a recurrir a nuestro referente habitual, la NBA: en esta liga hay también un montón de millonarios caprichosos y, desde luego, no escapan a las choradas que esto conlleva, pero tienen una cosa clara, la liga es un negocio y están ahí para ganar dinero, punto, lo demás esta después.

En nuestro continente, sin embargo, los clubs de referencia se asientan en propietarios egolatrías y de imprevisibles (o no) reacciones, nuevos ricos dispuestos a despilfarrar o, como pasa en España, equipos del otro deporte que defienden una sección a la que no se le ve sino como eso, una sección para abarcar más allá de lo balompédico.

Lo que no son los grandes equipos europeos (y aún menos los medianos o pequeños) es rentables, no dan dinero. En el mejor de los casos no lo pierden. Si mañana los propietarios de los grandes clubs se enfurruñaran y rompieran la baraja, los aficionados se verían de la noche a la mañana sin equipo pues no son autosuficientes.

Ningún equipo europeo es un negocio, no es la prioridad.  Por eso no hay normativas que controlen lo que hacen ¿para qué?  La NBA esta hiper-controlada en el paraíso liberal que son los EE.UU. No se toma una decisión sin la aprobación de la liga. Ni un fichaje, ni un sueldo, ni una venta que no esté reglamentada. Y funciona, ganan dinero y mucho. El producto es la liga y el producto es bueno.

Debemos tener en cuenta esta diferencia a la hora de plantearnos la supervivencia del baloncesto profesional por estos lares.

 

Los jugadores no crecen en los árboles

Entre el baloncesto europeo y el de los Estados Unidos hay mil y una diferencias, pero una de las que menos parecen señalarse, y que tiene más consecuencias, es la penetración social del baloncesto.

Aquí, en Europa y, por supuesto, también en España prácticamente todos y cada uno de los niños tienen como primer (y a veces único) deporte el fútbol: hay muchísimos equipos, canchas, escuelas… y si faltan, dos piedras en cualquier descampado o dos cholas en la arena de la playa y ya tienen donde jugar. Las niñas, por suerte, si tienen un primer contacto más variado con el deporte, pero su deporte vive perpetuamente bajo una muy oscura sombra que le impide influir en el mundo profesional.

En cambio, en Estados Unidos el deporte entre jóvenes y niños es mucho más variado; hockey, fútbol americano, lacrosse y, los dos reyes indiscutibles, el baseball y el baloncesto. El playground de varias ciudades ha generado más super estrellas que cualquier cantera europea. Son muchísimos los niños y adolescentes que juegan al baloncesto con regularidad.

Además, por si esto fuera poco, tanto institutos como universidades hacen de sus equipos deportivos una vía para que miles de americanos puedan financiar sus estudios. Esto tiene un significado clave pues un chaval que más o menos despunte para animarlo a continuar.

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La prestigiosa cantera de la Penya tiene serios problemas para sobrevivir

En nuestro baloncesto base, sin embargo, primero debes captar la atención de los chinijos para que dejen de dar patadas a un balón y les dé por dedicarse al baloncesto, siempre teniendo en cuenta que hay que perseguir a los que apunten tener las características físicas adecuadas. Luego debes mantenerles el interés, para lo que es fundamental tener cierto camino de proyección y referentes próximos. Finalmente, si destacan, que tengan posibilidades de crecimiento con equipos en distintas categorías, con la suficiente motivación como para hacer el gran esfuerzo de compatibilizar sus vidas con el baloncesto.

Todo esto significa que nuestro baloncesto de formación es bastante precario: no tenemos hordas de niños y niñas queriendo jugar al baloncesto, no hay una gran tradición en la calle y además, en cuanto la cosa empieza a ponerse un poco seria, se vuelve muy difícil la compatibilidad con estudios o trabajo.

En conclusión, el baloncesto de formación depende mucho de cómo sea el deporte profesional por referentes, proyección, capacidad de inversión…

 

Conclusión: concluimos

Salvo milagro milagroso, con intermediación del Dios cristiano, de Shiva, de Odín, de Zeus y de unos cuantos más…  Lo normal es que la asamblea de la ACB ceda al chantaje de los dos matones del fútbol, porque no tienen otro nombre posible, al matón de Querejeta que siempre nos mira por encima del hombro y al típico, más flojo, que se esconde tras los “fuertotes” haciendo como que va a pegar, pero que sólo está ahí porque los otros tres se lo permiten (vamos, el Málaga, por si no se entiende la metáfora).

En este caso, tendremos una liga más corta, con menos partidos y que terminará por tener cada vez menos inversión por parte de los equipos reduciendo así su nivel a cada vez menos. Es decir, la liga no ganará nada y, probablemente pierda mucho.

Por otro lado, puede que la ACB, como novedad, le eche valor decidiendo no ceder al chantaje y que los matones monten su propia liga (al más puro estilo Bender). En ese caso, los medios de comunicación dejaran en el ostracismo a la ACB (porque no están los del futbol, claro) y acabemos, igualmente, en una situación insostenible, porque tanto unos como otros no entenderán que el único camino a la autosuficiencia es que la liga sea un negocio.

En conclusión, todo apunta a que concluimos… Que la liga amocha, doblamos la servilleta, firmamos los papeles… Sólo nos queda esperar a ver el detalle de cómo ocurrirá, y en el caso de nuestro Granca, sólo podremos desear que entremos en Euroleague para tener baloncesto masculino de élite en nuestra isla durante más tiempo, pero también ese modelo terminará por ser insostenible.

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