Un año más, los más grandes poner a cero el cuentakilómetros y se encaminan a unos meses intensos que terminarán con unos pocos dedos anillados y un montón de ojos observando con envidia de la buena o de la otra, lo mismo da.

Un Cleveland-Boston de comienzo (Probablemente de final también en el este). Irving de verde contra LeBron, que como monarca ha dominado la Costa Este con puño firme y de hierro. No parece dispuesto a abdicar aún ante los del trébol y su nuevo príncipe. Más allá, en la conferencia, el abismo. Algunos proyectos interesantes como Philadelphia, Milwaukee, Toronto, pero todos ellos muy verdes.

En el oeste todo lo que no sea volver a ver a Curry y Durán en la final, una vez más, sería una enorme sorpresa.  Ni los super equipos formados por Houston u Oklahoma, ni los chicos de Minnesota, ni el enésimo intento de los Clippers… nada ni nadie se encuentra a la altura de los campeones. Nadie parece poder medirse con la probablemente mayor colección de talento de toda la historia de la NBA.

Algunos comienzan sus desvelos baloncestísticos de madrugada esta semana. Otros más cobardes y sensatos recurrimos a las denostadas retransmisiones diferidas o grabadas, lo mismo da.  Vuelven también las espléndidas retransmisiones de los chicos del plus, dónde a veces son más divertidos los tiempos muertos que el mismísimo partido.

Vamos cargados de ganas por ver a los nuevos, a los de siempre, las nuevas combinaciones de talento, a lo »ocurridos» al rededor del circo yanqui. Vamos con ganas de NBA.