La influencia de la grada y los carné

qwerCreo que fue Pepe Rubianes[i] el que dijo «Ver un partido de fútbol y decir ‘hemos ganado’ es como ver una peli porno y decir ‘hemos follado’, ¿no?» y suele hacer sonreír, cuando no reírse, incluso a los que son aficionados a un equipo (de fútbol, de baloncesto o de lo que sea). Y es que parece cierto que el “aficionado” no gana cuando el equipo lo hace, ya que el público no juega[ii].

Esta afirmación, graciosa sin duda, se puede aplicar cuando el espectador ejerce su papel viendo el partido por alguna pantalla. Desde el sofá de casa está claro que la participación del público es absolutamente nula durante el encuentro (aunque justifique los sueldos de los deportistas). Sin embargo, cuando el público está presente durante el encuentro, en la grada, si tiene un papel en el desarrollo del mismo. Vale, puede que no sea protagonista, puede que no tiremos triples (por suerte) pero, si tiene una influencia en los jugadores. De ahí que uno pueda sentirse parte del equipo, entendiendo este concepto de forma muy amplia: no sólo los jugadores, sino también cuerpo técnico, directiva y afición[iii]

Resulta obvio que esta influencia puede ser en positivo o en negativo, de ahí la importancia de jugar en casa o fuera, pues la afición va a procurar desconcentrarte, desanimarte o incomodarte si estas jugando como rival. Si juegas como equipo local, la afición hará exactamente lo contrario ¿o no?

La naturaleza del espectador[iv] de un evento deportivo es relativamente compleja: por un lado, es un cliente que ha pagado una entrada o abono para poder tener su asiento en ese espectáculo, también es, como defendimos antes, un elemento a tener en cuenta dentro del desarrollo del propio espectáculo, además es un sujeto con opinión y derecho a expresarla. A parte de todo esto, es una mujer u hombre que tiene su vida, con sus días buenos y malos, con problemas en casa o en el trabajo y que por tanto su estado de ánimo varia, como el de cualquiera.

Si damos por válidas las dos hipótesis de partida expuestas[v] resulta fácil concluir que la afición puede ser sujeto de crítica a la hora de cualquier análisis del devenir de un equipo durante la temporada, por ejemplo, la afición del CB Gran Canaria durante el curso presente.

La temporada está siendo muy mala, no cabe duda. Lo que debería ser una fiesta por el simple hecho de participar en la Euroleague se ha convertido en una pesadilla (para muchos al menos) dado el muy mal juego del equipo, los resultados en ACB y las pocas salidas que parece haber en la plantilla. Fichajes que han salido muy mal, malas decisiones técnicas y de la dirección deportiva y, obviamente, bajo rendimiento de bastantes jugadores. Problemas graves que tienen responsables concretos con nombres y apellidos (Berdi Pérez, Salva Maldonado, Enrique Moreno, …) Todo, en conjunto es un factor importante para opinar respecto a “nuestra parte”, la de la afición.

Todo esto viene por lo que seguro ha previsto: los silbidos de una parte de la afición. Cuestión que genera debate entre el público, sobre todo, en redes sociales[vi]

Por la propia naturaleza del silbido, es muy complicado saber si los que “hacen música de viento” son unas pocas decenas o cientos. Desde luego, no son miles[vii]. El hecho es que su aguda opinión se hace notar mucho. Es más “llamativo” un señor silbando que cinco aplaudiendo.

ghdSi nos creemos que la afición influye en los jugadores y que los silbidos se hacen notar especialmente, concluimos que este comportamiento influye negativamente, sin la menor duda, en la situación anímica y de nervios de los jugadores y entrenadores.

Si fallas un tiro y te silban “los tuyos”, es bastante probable que cuando te toque lanzar de nuevo estés más nervioso y tenso y vuelvas a fallar, lo que provoca nuevos silbidos o, peor aún, que no lances.

Los silbidos restan. Así de claro y conciso lo digo. No es que no aporten nada bueno al equipo, es que aportan mucho de malo. Generan mal ambiente, aumentan los nervios y el agobio por que “te salga bien” lo que casi siempre lleva a justo lo contrario. Cuando un aficionado silba está opinando libremente, si, pero también está jugando contra su equipo.

Ya he leído varias veces, por parte de aquellos que se reconocen como silbadores, referirse a quienes creemos que esta actitud es negativa como que damos carnets de buenos aficionados. Pues mira, entiendo que te sientas atacado, pero ¿sabes que te digo? Que igual que tu puedes creer que tal jugador resta y que es malo (ergo le otorgas carnet de mal jugador) yo puedo hacer exactamente lo mismo contigo. Además, lo argumento.

Si eres parte del equipo (como hemos concluido más arriba) y además tu participación como parte de la afición influye en que NUESTRO equipo, en el que estamos todas y todos juntos, juegue peor, creo firmemente que eres MALO para el equipo.

Tu silbido no ayuda a que jueguen mejor, tu silbido no va a hacer que Berdi se de cuenta de que los jugadores que decidió fichar no están al nivel de lo que él (más que tu) esperaba. Nadie va a descubrir lo mal que jugamos porque tu silbes. Amigo, tu lo único que estás haciendo es desahogarte. No te gusta lo que ves y en vez de racionalizarlo y procurar llevarlo lo mejor posible, te dejas llevar por la rabia y silbas.

Si quieres sumar, si quieres ayudar, aplaudes y alientas a quien lo está haciendo mal para que mejore, al menos durante el partido. Cualquier otra cosa simplemente resta, crispa y hace más complicado ganar.

¿Crees que los que aplaudimos a quien la está cagando para animarle somos conformistas? No, para nada, pero nos comemos nuestra frustración y procuramos apoyar a quien lo necesita, porque nuestro éxito depende de que él se levante, pues somos parte de un todo.

Entiendo que el espectador es, como yo dije, una persona que paga por acceder al espectáculo y con derecho a emitir su opinión. Eres muy libre de hacerlo. Ahora no me vengas con que tu silbido es para mejorar, no, tu silbido es única y exclusivamente un acto egoísta para desahogarte y hacerte notar. Una actitud desagradable e individualista por el cual te colocas a ti y tus emociones por delante de las necesidades del equipo.

 


[i] José Rubianes Alegret, más conocido como Pepe Rubianes, fue un actor, humorista y director español de teatro, especializado en mimo, imitaciones y monólogos. Fue uno de los artistas teatrales más comerciales de España. Fuente: Wikipedia. Si no fue él, bueno, pues fue otro…
[ii] Curiosamente lo de “hemos perdido” se conjuga menos. Ya se sabe que la victoria tiene mil padres y madres, la derrota es huérfana.
[iii] Todas y todos, al final, suman o restan en un calculo matemático que creará uno de los lados de una ecuación equilibrada con los rivales.
[iv] Vamos a referirnos con este término exclusivamente a las personas que lo son en la cancha y no en cualquier otro formato.
[v] Que la afición tiene influencia en el resultado del equipo y que es un colectivo que simultáneamente tiene distintos puntos de partida para ejercer su papel durante el encuentro.
[vi] Esa moderna plaza pública dónde rara vez se miden las palabras.
[vii] Eso si se notaría claramente.

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