Anecdotario en el CID

Hoy intentaré rememorar, dentro de lo que me permitan mis recuerdos más o menos contrastados, una serie de anécdotas vividas en torno a un partido del Gran Canaria. Advierto desde un principio que, ni mi capacidad memorística es un portento, ni voy a ser más objetivo de lo razonable, con lo que los hechos reales puede que fueran algo diferente a lo que relate a continuación, pero seguro que mi versión será más divertida. 
En un partido en el centro insular de deportes contra un siempre fuerte FC Barcelona tratábamos infructuosamente sacar adelante el partido cuando en un lance del partido se produjo la ya extinta suerte del salto entre dos. Dicho salto se efectuó en la botella de la zona y un jugador blaugrana, que ciertamente no recuerdo cual fue (ya advertí de mi flaca memoria) palmeo el balón al mítico y ultra longevo Darryl Middleton. Este se vio completamente solo bajo el aro, los contrarios lo miraban indolentes y expectantes. El bueno de Darryl no se lo pensó dos veces y con un eficaz y poco vistoso salto hundió el balón en el aro… propio, como le hizo saber tras una incrédula pausa la grada local. Por una inexplicable perdida de concentración olvido que se encontraba en la canasta defensiva y sumó los dos puntos más fáciles de la tarde para los amarillos, con la esperada mofa y escarnio de los aficionados hasta el fin del partido pese a la esperada derrota.



Temporada 01-02, creo que en aquella temporada el ahora entrenador y comentarista en el Plus, Nikola Lončar militaba en las filas del Breogán de Lugo. Niko era un jugador talentoso pero no exento de carácter y ha declarado en alguna ocasión lo incomodo que podía llegar a ser jugar como visitante en el CID. El caso es que nunca se sintió cómodo en nuestro bastión y sea por eso o simplemente por una inconsciente medición de fuerzas, tras un golpe recibido intento enfrentarse al enorme (y no me refiero a su incontrovertida calidad como jugador y persona) Kenny Miller. Este intento de suicidio por el doloroso método de «millerazo»  duro varios minutos y termino con Nicola en el banquillo donde no paro de increpar a Kenny que por suerte para todos, y esta es la parte graciosa de la historia, se lo tomo con una guasa que debió aprender en sus años en Málaga. Se acercaba al banquillo lucense entre gestos de «venga hombre, no te ponga así » riendo burlón y lógicamente calentando al pobre Niko que creo que ese día estuvo cerca de «cruzar al otro lado».

Brent Scott fue un jugador americano que ente otros equipos milito en las filas del Real Madrid. No era especialmente bueno aunque si voluntarioso. En un partido en el CID y, pese a que sé que costara creerlo, los árbitros estaban siendo bastantes parciales a favor de los blancos. El caso es que uno de los aficionados, bien conocido de nuestra grada y con una enorme capacidad para establecer conversaciones con árbitros y rivales, hizo el gesto de, ante un flagrante atraco entregar la cartera, a la vez que efectivamente se sacaba la susodicha. Ante esto Scott se dirigió al aficionado con intención de cogerla logrando una inmediata relajación de la situación. 

Continuará…

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