JM Bravo de Laguna – Foto: Canarias 7

Pues resulta que a Don José Miguel, el expresidente del Cabildo de Gran Canaria, este fin de semana tuvo a bien escribir un pequeño artículo de opinión en Canarias 7. En el se queda muy a gusto criticando nuestra malsana costumbre de llamar al C.B. Gran Canaria – Claret SAD por el diminutivo “Granca”.
Por lo visto, esto de “Granca” es una especie de contubernio de “guays pos-modernos y seudoprogres” para negarle a la isla su posición en el mundo. Ojo, que los adjetivos los pone Bravo Senior y no yo.

Nadie, creo yo, pondrá una sola pega a que el Gran Canaria utilice su bonito nombre para promocionar nuestra isla por esos mundos fértiles de turistas dispuestos a gastar sus euritos por aquí pero, ¿realmente tan grave es que llamemos cariñosamente “Granca” a nuestro equipo? No lo creo. Es una expresión que usamos en familia, en nuestro entorno. No lo usamos ni en camisas, ni en la publicidad, ni en competiciones oficiales… Solo es un apelativo cariñoso.

Me hace particular gracia como nuestro Ilustrísimo expresidente hace burla de la expresión diciendo que nadie puede pensar en que nuestros vecinos de isla denominen a su equipo “Teneri” o los hijos de la Gran Bretaña se llamaran “Granbreta”. No deja de ser simpática la ocurrencia, no lo niego, pero tal vez debería investigar un poco.

Lo digo porque, como sabrán todos y cada uno de los lectores de este blog, nuestros vecinos de isla tienen también un equipo en la ACB. Un equipo con el que sólo guardamos una muy sana rivalidad desde el mejor humor posible, y que particularmente a los autores de este blog, nos cae muy bien. ¿Cuál es el nombre de ese lagunero club? ¿Tenerife? ¿Gran Tenerife? ¿Teneri? Pues no ¡CANARIAS! CB 1939 Canarias. Ole y ole el orgullo de nombre de isla.

Me pregunto yo si el señor Bravo Senior, presunto hombre de baloncesto, ha oído hablar de la Penya, del Estu, del Cebe (reconozco que este es para nota) y de un muy desconocido Barça. Todos equipos cuyas malévolas aficiones se refieren a ellos con expresiones cortas con cierto cariño, o al menos, gusto por la brevedad.

Resulta bastante ridículo esta discusión, pues apenas es real. Todos tenemos claro que hay que usar Gran Canaria allí donde vaya a haber difusión y no pasa absolutamente nada por utilizar lo de “Granca” dentro de la familia, de hecho, no van a poder legislar contra ello. ¿En serio merece esto casi dos páginas de periódico? Casi mejor nos dejamos de orgullos insularistas con el Granca y procuramos pensar juntos como el Granca puede devolver la inversión que hacemos todos en el, no sólo en publicidad, sino en deporte base,  en intervenciones sociales… parece que Miguelo tiene un plan.

Acabemos hoy de forma un poco especial…. ¡Vamos Granca!