Las redes sociales, el bombardeo masivo de información y el modo de hacer televisión y radio nos han llevado a vivir un momento en el que la reflexión está en peligro de extinción. Las opiniones apenas germinan en nuestras cabezas son emitidas sin cocinar directamente en 140 caracteres, un breve post de Facebook o un comentario en una tertulia televisiva o radiofónica.
Este veloz proceso descarta por completo dos ejercicios básicos a la hora de obtener una opinión más o menos justa e interesante: intentar empatizar con el objeto de nuestra opinión y reflexionar sobre los distintos aspectos que participan en la situación comentada.
¿Qué tiene que ver todo este rollo con un blog de baloncesto o del Granca? Pues mucho, me explico.
Como sabrán, solemos comentar vía twitter durante los partidos del CB Gran Canaria fuera de casa y de forma más breve en casa. Además intentamos leer no sólo a quienes seguimos, sino a algunos de los que nos siguen o simplemente comentan cuestiones del partido en hasta o similar. Escuchamos la radio o los “comentarios” a las crónicas en la prensa digital etc.
Todo esto nos lleva a leer y escuchar en demasiadas ocasiones opiniones gruesas, casi ofensivas y que tratan a los jugadores como si no fueran personas. A muchos no le tiembla el pulso al decir “Savané está para el arrastre” y probablemente no pensaron ni medio segundo como les sentaría que alguien dijera eso de ellos en su profesión y, además, públicamente. “Los bases están fatal”, “no se han esforzado”, todo vale antes que hacer una valoración ponderada teniendo en cuenta la naturaleza del deporte, la evolución del estado de forma de cualquier deportista de élite, lo que hicieron el partido anterior o simplemente la empatía para con quien puede tener un mal día como tenemos todos.
Por eso, y lo notaran, hacemos un gran esfuerzo por que nuestras opiniones sean “amables”. Pero ¿por qué? ¿Acaso no debemos decir cuando el equipo juega mal o cuando alguien esta fuera de forma? No, no se trata de eso… Hay muchas formas de decir las cosas y eso es lo que me parece más importante.
Yo como todos noto cuando Brad ha bajado un poco el nivel, igual que lo noté en su momento con Jimbo, claro que noto que Taph ya no es aquel toro con clase que lo mismo paraba a un gigante que te hacía un fade away en suspensión infalible. Pero respeto y admiro profundamente el esfuerzo y energía que han entregado por nuestro entretenimiento, emoción y disfrute. Por eso, sin dejar de hacer la valoración que sea oportuna, puedo reflexionar y reposar mis pensamientos inmediatos y ser más justo a la hora de opinar.
No nos dejemos contaminar por esa perversa costumbre de la crítica despiadada para sentirnos “más acertados” en nuestra opinión, ni queremos ser los primeros en decir nada. La mirada amable y calmada siempre es más justa.