Algo más de dos metros, muy rápido, ágil, buen manejo de balón, entregado… Son grandes virtudes para un jugador exterior de baloncesto. Si le sumamos que además sólo ha conocido veintidós veranos tenemos un enorme potencial entre manos.
Cómo todos sabemos, esta promesa juega en el Granca y está aquí con la intención de crecer como jugador para llegar al máximo de su potencial. Pero por una cosa o por otra no está siendo, ni mucho menos, protagonista del juego de nuestro equipo.
Oriol Paulí vino desde el FC Barcelona porque allí no tenía ni la más remota posibilidad de disponer del tiempo necesario para su crecimiento. Antes que él muchos fueron los jugadores que vinieron por aquí para “explotar” en su juego. Además contaba con Aíto García Reneses, Don Alejando, tal vez el entrenador que más súper estrellas ha “descubierto”.
Todo parece que apuntaría a que Oriol Paulí será una de las próximas estrellas del baloncesto español, pero en cambio, a la hora de la verdad está jugando muy pocos minutos y de forma muy irregular.
Con la lesión de Kevin Pangos, tras un fortísimo golpe en la cara en Eurocup, Paulí tuvo la gran oportunidad de entrar en la rotación con regularidad en el puesto de base. Si era capaz de adaptarse a esa situación ganaría aún más enteros pues no todos los días encuentra uno un base de 2’01. Pero no estuvo a un nivel tan alto como el esperado, le costó adaptarse no por falta de capacidad sino por exceso de “ganas”. La mayoría de los errores que cometió fueron, fundamentalmente, por ir excesivamente acelerado y precipitarse, lo que propició que a la vuelta de Kevin volviera a lo más profundo del banquillo.
Paulí paso a jugar entre poco y nada puesto que el roll exterior estaba cubierto con los cuatro jugadorazos que contábamos (Sasu, DJ, Xavi y Brad). Con el esperadísimo regreso de Kyle Kuric y la extraña situación de una plantilla de 13 jugadores, su situación se vuelve aún más complicada.
Ahora mismo, compartiendo la reflexión de la “voz” del basket canario (Agustín Padrón), estamos en una especie de pretemporada para preparar el Play-Off, más sabiendo que estamos a una victoria (o una derrota del Fuenla) de confirmar la quinta plaza. Es por eso que la plaza de rotación está siendo “disfrutada” por todos los jugadores de la línea 2-3. Pero ¿Cuándo llegue el play-off será Aíto igual de solidario en su reparto de roles?
Sabemos que es difícil pensar en dejar fuera a jugadores de la talla de Salin, Seeley, Rabaseda, Kuric o Newley. Está claro que aunque Anžejs Pasečņiks no esté ni de lejos al nivel mínimo necesario, no podemos pretender dejar la rotación interior sólo en T-Rex Omic y Taph Savané pues, sobre todo Taph, no puede jugar muchos minutos a la intensidad necesaria: en conclusión no podemos aligerar la rotación interior para introducir a Oriol.
Es por ello que todo parece apuntar que, a la hora de la verdad, Oriol Paulí quede fuera de la rotación en el Play-Off dejando claro que su roll en el equipo es secundario. He aquí la pregunta clave del post: ¿Es el CB Gran Canaria el lugar ideal para el crecimiento de Paulí? ¿Podemos garantizar que pueda contar con los minutos de competición necesarios para que pueda madurar y afinar sus habilidades?
Hay que recordar que muchos de los que crecieron aquí lo hicieron casi de forma accidental. Fran Vázquez por ejemplo, no contaba con minutos hasta que el Real Madrid nos “robó” a Pat Bruke forzando su entrada en la rotación.
La última reflexión que me deja es de duda. Tengo la impresión de que cada vez que Paulí entra en el juego algo pasa, cambia el ritmo y las capacidades del Granca aunque no siempre sea para bien. Si Aíto fuera un desierto yo no llegaría ni a grano de arena pero, ejerciendo de entrenador de basket, intentaría contar siempre con Paulí cuando se atasca la cosa, pues es un gran lubricante baloncestístico.