El regusto

Pasara lo que pasara hoy, este post se escribía prácticamente solo.

El final del partido no fue el deseado y debo escribir sobre el final de la temporada. No veo necesario comentar demasiado el último partido del Play-off o la serie pues, como siempre hemos intentado en éste blog, huimos de hacer crónicas pues las habrá ya por doquier. Nos gusta más la reflexión, la inmediata y, más adelante, la distante y relajada.

La primera frase que me viene a la cabeza es “que nos quiten lo bailao”. Nos queda la sensación de que esta ha sido la temporada más brillante, llena de emociones intensas y positivas. Una semifinal de Eurocup que estuvo a un tiro libre de ser de película, un play-off brillante contra uno de los 4 mejores equipos europeos de la temporada y, sobre todo, una Copa ACB deliciosa en la que sólo el Real Madrid con sudores y tirando de su multimillonaria plantilla pudo evitar que fuera de ensueño.

Ya habrá tiempo, las próximas semanas, de valorar la temporada jugador a jugador y en su conjunto. Hacer un análisis más honesto y concreto sobre que se ha hecho bien, que mal y que regular. Pero hoy creo que lo importante es el regusto.

Tras un sorbo de un buen vino, para el paladar delicado y ansioso de experiencias, la sensación que te queda en la boca al tragar el violáceo caldo es tan importante como el sabor del vino. Lo mismo se puede aplicar a una temporada. Más allá de los matices que notamos en el momento de oler el año, de saborear sus matices a éxito y sus ligeros toques de decepción, queda siempre ese regusto en la boca que nos habla sobre si se ha tratado o no de una buena cosecha la de este año.

Este regusto es muy bueno. Tanto que, en un primer momento, ya tienes la sensación de que nunca has vivido un año así, pero claro… Sólo el reposo podrá dar fundamento a esa sensación.

Aunque como todos los finales de temporada en un equipo como el nuestro, los toques amargos están presentes. Ya lo dijo Pedro Martínez, “odio que siempre acabemos perdiendo” al despedir una temporada en el CID con el micrófono del speaker.

Este año creo que lo más doloroso puede estar por venir. El temido apartado de “bajas” puede ser especialmente doloroso en lo sentimental. A todos nos viene un nombre a la cabeza ya no solo por su temporada, más baja que las anteriores, sino porque el último día en el Gran Canaria Arena se palpaba cierta sensación de despedida.

Más adelante tocará analizar al detalle si es recomendable o no la marcha de “Cual o Pascual”, pero hoy realmente uno tiene la sensación de que hay ciertos jugadores que deberían estar de forma vitalicia en el equipo por lo que representan. Reconozco que se me da muy mal despedirme de ciertos jugadores.

No obstante, cerramos la temporada con esa grata sensación de hacer los deberes y que nos sobrase tiempo para además recrearnos en ciertos lujos. A pensar con ilusión en el próximo año para intentar dar otro pasito corto, seguro y firme.

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