Hablemos de árbitros 

Por la misma razón que disfrutamos el doble de las victorias ante el Real Madrid CF, las derrotas también son más dolorosas. De forma especial cuando crees que pudiste ganar y que te quedaste ahogado en la orilla tras nadar y nadar. En estas ocasiones es común buscar razones, normalmente exógenas (1), para explicarlo.

En este modesto blog, que tanto ha sufrido estas últimas semanas (2), nos marcamos una serie de objetivos al comienzo de nuestra andadura. Obviamente no era ni un número de visitas o seguidores, ni ser mejores que nadie. Simplemente era tener un determinado estilo desenfadado, sin tomarnos demasiado en serio a nosotros mismos y menos en serio aun este maravilloso espectáculo deportivo. Además queríamos huir, como infundidos por el miedo que nos provocó saber que Ben Affleck iba a encarnar a Batman, del “estilo” más extendido en la prensa deportiva: la exageración, el maniqueísmo, el simplismo y la bipolaridad permanente.

Para cumplir con este objetivo, algunas normas de estilo eran muy evidentes, entre ellas, no hablar de los árbitros. Otra norma clave es intentar saltarnos lo previsible así que en este post vamos a hablar de árbitros, porque somos los reyes de la coherencia.

Este fin de semana, tras la derrota del Granca, las redes sociales, los medios de comunicación e, incluso, la sala de prensa del Gran Canaria Arena se llenaron de alusiones a la labor arbitral. Parece que su influencia en el resultado estaba por encima de lo que es aceptable, no en vano, y esto es un frío o dato, el número de tiros libres por parte del Madrid es muy superior a los del Gran Canaria.

Aun así, aunque entendamos como el que más la frustración que genera los presuntos errores del trío arbitral e incluso nosotros mismos hagamos bromas al respecto (como hicimos por Twitter), la realidad es que los árbitros no deciden los partidos. Al menos no hasta que a alguno le de por tirar de tres en el momento clave…

Realmente nuestra norma de estilo no es tanto “no hablar de árbitros” como “no justificar los resultados con los árbitros”. El árbitro (3) es al juego lo que el clima a un asadero. Puede ser un asadero con un frio de morirse, que te hace estar incómodo; pero si te rodeas de buena compañía y buena comida seguro que lo pasas bien. Pues aquí pasa más o menos igual.

En el deporte lo que decide la victoria o la derrota es mucho más complejo que un factor exclusivo. En el baloncesto no basta con que juegues tú bien, ni que el otro juegue mal, ni que tu tengas mal porcentaje de tiro exterior o el otro un gran acierto interior. Al final es la conjugación de estos o más factores y que, finalmente, en su sinfonía te permiten ganar o te hacen perder.

Por lo tanto, que los árbitros vean una técnica de Pablo Aguilar en una jugada (vaya usted a saber que dijo) y no en las constantes, molestas y poco deportivas protestas del follonero Andrés Nocioni es una circunstancia con la que tienes que contar y sobrepasarla, de lo contrario, no lograrás ganar.

El árbitro, como cualquier factor humano, esta sujeto a errores y puesto que debemos asumirlo como un sujeto neutral, sus aciertos o errores son parte del juego con la que debes contar.

Otra historia es que pusiéramos en duda la neutralidad de los árbitros, en cuyo caso habría que argumentar muy seriamente el presunto fraude o conspiración. Un ejercicio que se hace profundamente aburrido, improbable y carente total de interés.

Realmente las razones de la derrota del Granca este fin de semana, aparte de que hiciera mal tiempo en la pista, es que no supimos abrigarnos. Saliendo de la metáfora, fueron los fallos de concentración en los momentos claves, un mal arranque, la debilidad del juego interior por distintas razones, etc.

No echemos balones fuera y no juzguemos de forma pueril este gran espectáculo porque solo podemos salir perjudicados.

PD: No puedo cerrar el post sin señalar la enorme decepción que me lleva ver en la grada, en especial cuando jugamos contra equipos de fútbol (por qué será) gritos y reacciones que me dan un asco muy próximo al vómito. 

Ver a un señor mayorcito, levantarse y gritar como un animal “maricón” a Rudy Fernández ante la atenta mirada de una niña de unos diez años tras él me da un asco infinito. ¿Cuándo vamos a deshacernos de la homofobia y el machismo en el deporte y entender que ser gay no es ningún insulto? Y por supuesto ¿cuándo carajo dejaremos de insultar como estúpida defensa ante nuestra frustración ante el talento contrario o error propio? Este tema, desde luego, requiere de un nuevo post en el futuro.

1: Forma muy pedante de decir que echamos las culpas al resto, pero por pedante menos ofensiva para quien lo lea con la piel sensible. Ya se sabe que no es lo mismo decir: “bah, na’más que echas las culpas al resto” que decir “buscas razones exógenas”

2: Cabe destacar que seguimos sin pc, por ende sin poder descargar nuestras propias fotos e incapaces de ilustrar los post…

3: Árbitro, árbitro, árbitro… somos muy redundantes, lo sé, pero es que buscar sinónimos haría confuso de narices el texto. Al menos, eso creo.


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