Los pequeños detalles

mccalebb.pngTras el partidazo de nuestro Granca ante el FC Barcelona me sorprendió una reflexión generada por el cúmulo de unos pocos años viendo este deporte: ¡qué importante son los pequeños detalles! Vale, no es que sea la reflexión más importante o innovadora del siglo, de hecho, no lo es ni de la última media hora, pero tiene algo más de enjundia de la aparente en este nuestro deporte de botes y aros.

Son tres los detalles que quiero comentar y el efecto de los mismos en el resultado o el juego de los equipos. Cómo pequeños (o no tan pequeños) cambios, a veces sutiles o camuflados entre las líneas más gruesas del juego, tienen un efecto trascendental.
Uno de estos detalles lo protagonizó Lester “Bo” McCalebb, sin duda el jugador más talentoso de la plantilla del CB Gran Canaria, tal vez el más talentoso que jamás jugó aquí y, desde luego, de los más destacados de la liga. La característica que llena de amor baloncestístico a nuestros ojos en el juego de McCalebb es la clase desbordante, la velocidad y la plasticidad de su juego en penetración y carrera.

Con un talento que asombra, cabe preguntarse por qué este jugador no está en la NBA cuando, sin duda, en esta importante faceta del juego es realmente comparable a los mejores. Puede haber muchas respuestas, pero su deficiente tiro exterior es protagonista en cualquier argumentación posible. Tanto es así que durante un buen número de semanas esta temporada, las defensas rivales han flotado a Bo concediéndole muchos metros para el tiro confiando en su poco acierto y aún menos confianza.

He aquí el pequeño detalle. Bo McCalebb, que ya se ha ganado un puesto en el olimpo del baloncesto europeo gracias a sus tremendas penetraciones, no se resigna a ese papel y ha estado trabajando el tiro y no ha caído en la fragilidad mental de no tirar. Ante la defensa flotante, él ha comenzado a lanzar mucho mejor. Tanto es así que gran parte del buen arranque del Gran Canaria, en el partido del sábado, reside en el acierto exterior del base de New Orleans. Este pequeño detalle diferencia a los buenos de los geniales, haciendo que Bo sea un factor clave en la potencialidad del Granca de esta temporada.
Si hablábamos de un crack como McCalebb, qué hablar del mejor exterior de la historia del baloncesto español y, tal vez, el más determinante jugador europeo en la última década: Juan Carlos Navarro.

Desde hace varios años puesto en entredicho, sufriendo el lastre permanente de lesiones y las inexplicables ocasiones en las que ha sido silbado por su propio público, “la bomba” sigue demostrando ser una súper estrella, aunque esté en el ocaso de su carrera.

Un Barça totalmente vencido e incapaz de disputarle el partido a un intenso Gran Canaria tuvo que recurrir a él para poder tener opciones en el último cuarto del partido. Con cerca de 15 puntos en muy pocos minutos, el pundonor y la clase de “la bomba” Navarro permitieron que la derrota del FC Barcelona no sólo fuera escandalosa, sino que no tuviera, siquiera, la más mínima opción.

Pero oh, la importancia de los pequeños detalles. Hace no tanto tiempo, Navarro siempre metía esa canasta que hacía daño, esa canasta que sólo cabía en la cabeza de Navarro y del guionista típico del telefilm de baloncesto de Antena 3 por la tarde. Ese momento llegó durante el partido, esa canasta que bajaría de los 10 puntos la ventaja amarilla y que tantas veces le entró, pero ya no. Un pequeño detalle que es el que diferencia esos killer intratables y que te hacen irte para casa amargado y los que no, o en este caso, los que ya no.

Muy relacionado con esto último está el último pequeño detalle. No hace tanto tiempo, nuestro Granca, modesto guerrero que peleaba hasta el último minuto, se caracterizaba por nadar constante e intensamente para, en demasiadas ocasiones, morir justo junto a la orilla.

Recuerdo aquella tremenda frase de Pedro Martínez, al final de la temporada 2010/2011, con muchas emociones sobre el parqué, en la que con el micro del speaker en la mano dijo algo así como “son increíbles las finales de temporada aquí, aunque parece que siempre terminamos antes de tiempo”, en alusión a la eliminación en Play Off que acabábamos de sufrir.

Nosotros estábamos emocionadísimos por la suerte de llegar hasta ahí, pero para un competidor como él simplemente habíamos perdido, y al final de temporada siempre habíamos perdido.

Y he aquí el cambio en los últimos años, y sobre todo este año, ahora, en los momentos calientes, en los momentos decisivos no somos los que sucumben, los que se contentan con la victoria moral, este año incluso tenemos un título en nuestras vitrinas. Y también se vio ese detalle en el partido del Barça.

Cuando otros años, ante la pérdida de la renta, el momento de buen juego de un rival como el Barça llegaba al final del partido, siempre o casi siempre, el equipo caía desmoronado ante la presión y ese “miedo a ganar”.
Pero ahora no, ahora Eulis Báez, Pablo Aguilar y sobre todo Albert Oliver, tiran de experiencia y espíritu competitivo para superar el bache y terminar de hundir al rival.

Son pequeños detalles que algunos perderán entre mates y triples, pero son los detalles que nos permiten obtener los éxitos y poder aplicar mejor que nunca aquella otra frase de nuestro eterno entrenador Pedro Martínez: Dormir poco y soñar mucho.

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