Señoras, señores, amigos todos… Ya va tocando sacar el tema que todos llevamos mascando años. Ese tema que nos reconcome y que no comprendemos como no sale en portada de El País o El Mundo a cuatro columnas, ahora que la cosa en nuestro Reino está tan tranquilita.
Y es que, amigos, muy poco se está hablando de Albert Oliver.
¿Quién es Albert Oliver? Nuestro casi rookie se estrenó en la ACB en 1997 en el Juventut de Badalona[i], es decir, debutó hace 20 temporadas. Por no hacer daño, no voy a sacar referencias temporales… bueno sí que lo voy a hacer. Por ejemplo, por aquel año triunfaba Madonna con “Don’t cry for me, Argentina”, cumplía su primer año como Presidente del Gobierno José María Aznar, nacía el exitoso piloto de Fórmula 1 Max Verstappen, Ronaldo en el FC Barcelona era nombrado Balón de Oro (el otro Ronaldo), Michael Jordan ganaría su penúltimo anillo de la NBA, John Morton era la estrella del Granca y no… Luka Dončić no había nacido.
Jugaría, aparte de en LEB, en la ya citada Penya, en el Manresa, Valencia Basket y el Estudiantes. Sería durante su segunda etapa en la Penya, cuando Oliver destacó una barbaridad en la temporada 12-13 cuando, para muchos jugadores, hablaríamos ya del ocaso de su carrera. En cambio, Albert destacaba en su equipo despertando el interés de muchos aficionados y algunos equipos.
Pocas veces este que escribe estas líneas, puede apuntarse un tanto respecto a la contraparte de la redacción de este blog, pero recuerdo perfectamente ese verano cuando dije “ojalá fichemos a Albert Oliver” y llegó el fichaje para mi entusiasmo y dando palmadas con las orejas. Despertó muchas dudas entre “el respetable” pero muy pronto las zanjó.
Albert Oliver es un jugador rápido, incisivo, buen pasador y lanzador, pero, además, tiene dos capacidades especialmente distintivas, por un lado, menos trascendente, de los bases normales (vamos, que no son un Satoranský de la vida) es de los que mejor y más aprovecha la acción de pivotar cerca del aro. Por otro lado, tiene una característica que si es muy relevante para un jugador de su estilo: cuando vienen los momentos calientes Albert Oliver siempre está ahí. Cuando a todo el mundo le quema el balón, cuando hay que buscar el tiro desesperado, Albert está ahí y, además, lo hace con mucho éxito.
Y es que, al menos en lo que respecta a resultados, Albert Oliver está teniendo sus años más dulces con nosotros, vestido de amarillo. En los añitos que lleva aquí ha logrado ser finalista de una Copa, una EuroCup y una SuperCopa, fue campeón de SuperCopa y ha llegado a semifinales de ACB y EuroCup una segunda vez. No es poca cosa para un jugador de su edad, más teniendo en cuenta que no ha sido como jugador de fondo de banquillo, sino que, en muchos casos, ha disputado más minutos que su compañero de posición.
No podemos negar que es realmente sorprendente que un jugador con 39 años, base para más señas, en un baloncesto que cada vez es más físico y los jugadores atléticos y fuertes como el vinagre abundan, sea capaz de lograr sus mejores años y alcanzar topes que ya quisieran muchísimos otros jugadores.
Sería digno de analizar cuanta importancia en este proceso tiene el propio Gran Canaria, obviamente la profesionalidad (y en parte la fortuna) que ha tenido el jugador respecto a su físico. Pero estos análisis se escapan a mis capacidades.
Finalmente, lo que realmente me importa, es que Albert Oliver es de los jugadores que más me hacen disfrutar en la cancha. Ya no sólo por su acciones más o menos vistosas, sino por su entrega y su capacidad para ser decisivo en los momentos más importantes.
Como he dicho muchas veces, yo a este jugador le haría un contrato de renovación automática hasta que él considere, sinceramente, que ya no puede mantener el ritmo. Se ha ganado a pulso un puesto en “salón de la fama” de nuestro CB Gran Canaria.