¿Quién nos lo iba a decir? Hace años cuando en el CID soñábamos con ir a la Korać, la Copa ULEB y, finalmente, la EuroCup ¿Quién nos lo iba a decir? Cuando continuamente perdíamos jugadores porque fichaban por clubs que competían en Euroleague ¿Quién nos lo iba a decir?
¿Quién nos lo iba a decir a tres minutos de acabar el último cuarto del tercer partido de la serie contra el Valencia Basket? Yo no hubiera dado un duro[i], pero aquí estamos. El CB Gran Canaria jugará la Euroleague en la temporada 2018-2019.
Esto lo escribo a unas horas de que nuestro Granca juegue el tercer partido de la serie de semifinales y comprendiendo perfectamente que podamos caer en semis con un 3-0 y es que imagino que a la plantilla le debe costar mucho no sentir que el trabajo ya está hecho. Y es que durante años el gran objetivo era clasificarse para la Euroleague.
Vale, no niego que esto es de un espíritu competitivo de mierda, y que hay que aspirar siempre a dar un pasito más y todo eso… y es cierto. Pero estómago llena corazón contento, y yo estoy más que a gusto ya. Si cae postre y licorcito, pues mejor.
Play-Off aparte, esté lo que esté por venir, me parece fundamental dedicar unas líneas de reflexión al tema de la próxima temporada. Una vez pasada la emoción inicial de nuestra clasificación, cabe puntualizar unas líneas básicas.
Que el Granca juegue la Euroleague no cambia, en una sola coma, mi opinión al respecto de esta competición, el daño que genera al baloncesto en su conjunto y a las ligas nacionales en particular, así como a los equipos modestos o de categorías inferiores. Sigo pensando que tanto la ACB como la máxima competición europea debería regirse por resultados deportivos y con vocación de equilibrio económico y de oportunidades, para asegurar el futuro a medio y largo plazo de este deporte como espectáculo rentable.
Además, y esto es aún más importante, ni el CB Gran Canaria ni el Cabildo de Gran Canaria pueden caer en “fliparse” con el tema de la Euroleague. Seamos honestos y conscientes de nuestra realidad, que no es diferente a la de Málaga o Valencia en el mejor de los casos. Lo más probable es que tras el año que viene, no sigamos en la Euroleague. ¿Por qué? Porque es extraordinariamente complicado ser el mejor de los que no tienen licencia, más cuando además compites en dos competiciones y una de ellas es infinitamente más competitiva que la de tus rivales, en número de partidos y dificultad de los mismos.
La Euroleague supone, por fin, una verdadera fuente de ingresos para el Granca y esto debería hacernos recordar la fábula de la cigarra y la hormiga. Más vale guardar ahora que abunda que morir de hambre cuando venga el invierno, y amigas y amigos míos, el invierno siempre termina por llegar. Más pronto que tarde.
No significa esto que abogue por que el Granca no aumente su inversión para hacer un papel digno en Euroleague, que obviamente no supone si quiera estar próximo a la Final Four. Simplemente no salir vapuleados semana tras semana. Es más, debemos lograr una plantilla lo suficientemente competitiva como para tener un papel digno en Europa y sea capaz de competir a nivel doméstico en igual o mejores condiciones que hasta ahora, que, dado el número de partidos, es un objetivo mucho más duro.
Esta semana un amigo me preguntó ¿Qué palabras definen al Gran Canaria? Y yo contesté algo que he dicho mucho por aquí, al Gran Canaria lo define Jim Moran. Su juego, su estilo, su espíritu es el Gran Canaria. Habrá quien ahora piense que así no se va a ningún lado, pero así hemos llegado hasta aquí y prefiero fracasar siguiendo esta idea que arriesgar todo por imitar a otros.
Ahora veamos el tercer partido de las semifinales, relamiéndonos por poder disputar la semis contra el campeón de Europa.