Ser positivo o no, en principio, no está relacionado con los gustos deportivos de cada cual. No obstante, vengo notando que —y a buen seguro que no me quedo a solas en esto—, entre los nutridos aficionados al deporte en el que se empeñan en patear el balón, en vez de usar, como los homínidos evolucionados los pulgares oponibles, el desánimo, la negatividad y la bipolaridad emocional, no patológica, pero sí  mal rollera, campan a sus anchas.

Voy a ilustrar mi observación con una anécdota que viví en las últimas semanas. Uno de estos humanoides partidarios de las tertulias balompédicas, a voz en grito, —no vayan a tener que escuchar argumentos lógicos o peor aún, verse obligados a buscarse ellos mismos fundamentos sostenibles—, me preguntó, por cómo quedó el Granca en su último partido. Pues bien, tras informarle que, por desgracia, habíamos perdido en un buen partido contra un Valencia, que está en una de sus temporadas más brillantes, puso cara de asco y dijo: «Este equipo siempre decepciona». Sin salir de mi asombro le recordé, que este mismo año «ese equipo» había sido finalista de Copa, semifinalista de Eurocup, iban quintos…, pero mis argumentos no fueron aceptados…: «la Unión Deportiva Las Palmas…, esos sí que están dando el callo» -aseguró ufano. Como era cierto que llevaban tres triunfos consecutivos (creo) preferí finiquitar la discusión —el hecho, que mi capacidad de asimilar el castellano mascullando a unos decibelios no aptos para la conversación amena sea limitada…, ayudo— .

Pero fíjate tú, que en las siguientes dos jornadas la UD va y empata uno, y pierde el otro…; ningún drama, lógica competitiva en estado puro. Pero un tercero, le hace un comentario inocente a «nuestro héroe»…»Son un pobre equipo» dice entre enfadado y hundido-. Este extremismo emotivo no creo que sea exclusivo de los futboleros, pero sin duda, ellos se hacen notar más, dándo pié al cachondeo, al denominar: «Unión Depresiva Las Palmas», a su equipo. Espero que a nuestra afición no se le pegue…, al menos a la mayoría.