La construcción de la plantilla este verano está yendo a toda velocidad: ya contamos con nueve jugadores con contrato[i], todos estamos pendientes de la muy deseada renovación[ii] de Sasu Salín y está el rumor de Marcus Eriksson, que comentan, está muy cerca de fichar.
Es precisamente este rumor el que ha desatado uno de las “polémicas” del verano hasta el momento. Partamos de la base de que toda la polémica es una flipada colectiva nuestra porque, no nos engañemos, a la hora en la que subo este post no hay ninguna información contrastable de ese fichaje y, ya se sabe, que los medios dan posibles fichajes a palas. Una vez asumido esto, como hacemos siempre, entremos al trapo que es lo divertido.
Marcus Eriksson, Shaq McKissic, Xavi Rabaseda y Oriol Paulí juegan todos, en teoría, en la posición de tres. Con nueve jugadores con contrato, diez con Eriksson, quedarían sólo dos plazas para cubrir la necesidad de un base, un tercer cinco y un escolta. Por malo que sea uno en matemáticas, se verá que no salen las cuentas.
Por tanto, y siempre en el supuesto de ser cierto ese rumor, habría que ver cómo se soluciona esta situación: La primera opción es que McKissic hiciera las veces de escolta, dejando a Paulí en una situación muy similar a la del año anterior, lo que, está claro, no conviene para nada a Oriol.
Otra salida sería que, como en algunos momentos del año pasado o el anterior, tuviéramos una plantilla de 13 jugadores con un “no convocado”. Esta solución seguiría siendo muy poco conveniente para Paulí pues no le facilitaría más minutos.
Finalmente, la última opción, sería dar salida a Oriol Paulí ya sea rescindiendo el contrato o renovándole y cediéndole a un equipo ACB o de otra liga potente de Europa. De este modo, podríamos incorporar a las tres piezas necesitadas (base, escolta y pívot) y conseguir que Paulí juegue los minutos que necesita para alcanzar el nivel que promete su potencial.
Planteadas las posibles soluciones ¿jugamos a ser Berdi Pérez? Si nos tomamos en serio nuestro “papel” no debemos pensar en lo mejor para Paulí, si no lo mejor para el club. Con ese prisma la cosa cambia bastante ¿no? Probablemente lo mejor para el club sea precisamente la renovación y cesión, para que progrese y cosechar una mejor versión de sí mismo pero, en su defecto, que se quede como jugador número 13 sería la segunda mejor opción, sin pensar en las consecuencias para la carrera del jugador.
Me preocupa que este análisis parezca un desprecio a Oriol Paulí: el jugador, que solo cuenta con 23 años, tiene un potencial realmente espectacular. La relación entre su altura, su velocidad y su agilidad es excelente respecto a la media, bota bien y es capaz tanto de tirar de lejos como, sobre todo, de penetrar con eficacia, además no es mal defensor. Según parece su ética del trabajo es intachable y su implicación con el grupo salta a la vista. ¿Cuál es el problema entonces? Pues que los entrenadores, que siempre tienen muchísima más información que nosotros, han contado mucho menos con él que con sus “competidores” dentro de la plantilla. Es precisamente este roll de “ultimo en la rotación” el que puede acabar con la potencialidad de Paulí, porque sólo con minutos se puede mejorar.
Por suerte para todos, no somos Berdi Pérez y no seremos quienes tomemos la decisión. En cualquier caso, Berdi se ha ganado, y por mucho, que confiemos en su buen hacer.
Mientras, nosotros debemos hablar de la polémica con el mejor tono posible, con empatía y sin perder de vista que todo esto de los rumores no es más que un pasatiempo. Con seguridad, sólo Berdi Pérez, Luis Casimiro y alguno más sabe que se cuece de verdad en el club, el resto sólo sabemos el boceto mal dibujado a base de juntar filtraciones, rumores y comentarios interpretados por la prensa.
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