Esta noche se alza el telón y se acaban las probaturas. En una pocas hora, en nuestro Gran Canaria Arena comienza la temporada oficialmente con la SuperCopa, la hermana menor de las tres competiciones nacionales, pero no por ello de poca importancia. Además, en cierta medida, será una SuperCopa especial por sus participantes: el flamante campeón de liga (Valencia Basket), el campeón de la Copa ACB (Real Madrid CF), el campeón de EuroCup (CB Málaga) y el actual campeón de SuperCopa (Nuestro CB Gran Canaria). No sólo no están dos de los tres de siempre, sino que realmente será competición entre los vigentes campeones de cuatro competiciones.
Además, será la presentación en casa de nuestro equipo, con todas sus nuevas incorporaciones y la puesta de largo de las intenciones técnicas de Luis Casimiro esta temporada. Todo esto nos sirve de excusa perfecta para hacer un repaso breve por todas las adquisiciones de este verano y la situación de los que continúan.
Marcus Eriksson está llamado a ser la referencia anotadora desde el exterior, ese roll en el que tantas alegrías hemos tenido (Kuric, Carroll, English, Racca…), pero con algunas diferencias respecto a sus antecesores. Por lo pronto, Marcus es algo más alto que los anteriores, de hecho, cuenta con los mismos centímetros que históricos como Savané o Báez que juegan pegaditos al aro. Tiene buen manejo y es ágil, con el extra de ser alto. Realmente es un jugador muy prometedor y que, como tantos otros, se estampo con las rotaciones del Barça y no pudo seguir creciendo. Gran parte del éxito esta temporada pasará por su acierto.
En el puesto de base no contaremos con una super estrella en horas bajas como Bo, este año tendremos a el israelí Gal Mekel. Con pasado, no muy destacable, en la NBA, en lo muy poco que hemos podido ver, ha quedado claro que tiene hechuras de clase y de organizador. Parece que su juego es más pausado y que es buen pasador. Todo esto, obviamente, es muy pronto para saberlo… Confiemos. Desde luego, aunque bien saben nuestros lectores de nuestra devoción por Albert Oliver, necesitaremos contar con más potencial en el puesto más clave, para mi gusto, en el baloncesto moderno.
No tengo muy claro si debemos incluir como novedad al enormerrimo Dennis Jerome Seeley. Es nuevo este año, pero hace bien poco jugaba con nosotros tras el horrible trance por el que pasó Kyle. Todos lo recordamos, tal vez no sea el mejor tirador que ha vestido de amarillo, pero desde luego si es uno de los que ha tenido más clase con el balón. Aunque aún recuerdo aquellos dos tiros libres importantísimos que fallo en la semifinal de la EuroCup versus Galatasaray, son muchos más los recuerdos de la brillantez de este jugador.
Tenemos dos novedades en el juego interior, pero realmente sólo una está llamada a tener verdadero protagonismo junto a nuestro querido “Pachi” (Anžejs Pasečņiks). Se trata de Ondřej Balvín (Berdi persiste en ponernos difícil la ortografía) el cual tras dar un muy buen rendimiento en el Betis (en su momento, Baloncesto Sevilla) no tuvo la misma suerte posteriormente. Con Anžejs en pleno crecimiento, es imprescindible que Ondřej esté a la altura y pueda aportar defensa y anotación cerca del aro.
Si el año pasado habíamos fichado a un O’Neale que no era el “auténtico”, este año si que si, hemos fichado a Shaquielle O’Neal. Vale… hay que añadirle lo de McKissic, pero bueno, si no hacía una vez esta broma no me iba a quedar tranquilo.
Este jugador es el que más promete a mi modesto y paupérrimo entender. Tiene un físico impresionante (siempre que no lo compares con su tocayo), es rápido, fuerte, ágil y se maneja bien con la pelota. Tal vez no tenga el bote increíble de Royce, pero desde luego parece mucho más contundente en las penetraciones. Realmente puede ser la gran sorpresa del año.
Finalmente, la última novedad, es la de Luke Fisher. Un jugador joven e inexperto que viene directamente de la NCAA y que, imaginamos, tendrá un roll secundario en el juego en previsión de que pueda mejorar para años venideros. Su primer año como profesional será ideal para contar con minutos cuando las cosas se pongan feas para los pivots titulares y, quien sabe, tal vez explotar.
Respecto a las caras conocidas realmente no hay mucho que decir: Báez y Oliver ya son instituciones vivas dentro del Granca, con talento e incombustibles. Aguilar y Rabaseda tienen ante si un año importante pues serán jugadores a tener en cuenta en esa especie de selección “b” que habrá que montar y puede ser un buen año para por fin romper ese techo de cristal que no se corresponde con sus dones de físico y de talento.
Sobre Anžejs Pasečņiks si que tenemos muchas esperanzas. Este será, de verdad, su año clave para demostrar todo su potencial en Europa antes de hacer las maletas para la aventura en la NBA. Tiene todas las papeletas y ha tomado decisiones duras como renunciar a la selección para preparar esta temporada: ¿Veremos a un “Pachi” realmente dominante en las zonas ACB?
Finalmente, y aunque suene a tópico, este tiene que ser, si o si, el año de Oriol Paulí. No podemos desaprovechar las potencialidades de este jugador y hay que llevarlo a una cantidad de minutos en la rotación suficiente para que demuestre si puede alcanzar o no el nivel que creemos que tiene. Realmente estoy loco por ver a Pauli que alcance un nivel tal que nos lo quiten de las manos.
Con estos ingredientes jugamos en unas horas, casi minutos, contra un Madrid que por mucho que quieran ir de cordero degollado, sigue siendo el Madrid. Con estos mimbres nos tocará hacer el cesto de esta temporada… y francamente, a mí me da muy buena sensación. Además, los dioses querrán que ganemos el título en casa justo el año que yo no puedo estar presente… Esto es así. Igual que el año pasado ganamos conmigo en pleno mar.