Ya todo está en marcha. La mayoría de los equipos ya han realizado los primeros partidos de pretemporada, empiezan a entrenar los jugadores que fueron a las olimpiadas (unos más tarde que otros, vaya usted a saber por qué).
Los árbitros no son una excepción y, además, arrancan el curso con una gran noticia: parece que la ACB y los árbitros se van a poner las pilas con uno de los temas que más daño están haciendo a nuestro deporte de botes y cestas.
No dejaba de ser curioso que, por ejemplo, cuando Javier Coronas preguntaba, en sus sesudas intervenciones en “Colgados del Aro” por qué norma cambiarías a los jugadores y entrenadores invitados, prácticamente todos decían lo mismo: las faltas técnicas.
Desde hace ya mucho tiempo, la poca comprensible interpretación de las normas de faltas en el contraataque ha generado que todos y cada uno de los equipos abortaran cualquier posibilidad de anotación tras robo o rebote con una rápida y quirúrgica falta. Llámenme parcial (¡PARCIAL!) pero asocio muy concretamente esta falta con el jugador capicúa Sergio Llull.
El hecho es que parece que le van a “meter mano” al asunto de las faltas en contrataque cuando no se intenta jugar el balón y al famoso flopping (Rudy y Sada tienen que tener un disgusto…) Sólo falta que dejen de pitar todo lo que les parece que tal vez, es probable que a lo mejor fueron pasos en el reverso y que, por añadir novedades, le piten algunos a Juan Carlos Navarro: ¡Todo un alarde de innovación!
Podrían aprovechar para revisar unas cuantas cosas más: por ejemplo, el tema de las protestas. Hay que entender que siempre tiene que haber cierto espacio para la frustración y la liberación de tensión de algunos jugadores o entrenadores, en parte también, porque los árbitros la cagan y lo saben muy bien. Pero entre el nivel loco de técnicas del partido España – Argentina a permitir a Velimir Perasovic o Dusko Ivanovic quejarse hasta de las “buenas tardes” hay un largo trecho en el que se puede poner algún tipo de frontera.
Además, y esto me lo explico más bien poco, el listón de ciertas cosas varía innumerables veces durante la liga, es más, varía hasta en un mismo partido. Debería ser fácil establecer ciertos niveles y mantenerlos todo el año ¿no? Tal vez hablo de más por ignorancia, no sería la primera vez.
Incluso tener cuidado con esas “modas” que les dan a los árbitros, la ACB, la FIBA o incluso el mono de la FIBA que propuso el ya mentado Javier Coronas les avisa a los árbitros de que tengan cuidado con los tres segundos en zona y, curiosamente, la jornada siguiente pitan mil veces una falta que normalmente no se pita nunca. Esas cosas llevan a la desesperación y el desaire de propios y extraños.
No obstante, y dichas todas estas cosas que probablemente sean tontadas, tal vez lo único importante que deba cambiar es nuestra concepción general del papel del árbitro. Ojalá llegue un año en el que nadie crea que tal partido se perdió por los árbitros, porque nunca (repito, nunca) es así. Los árbitros no meten triples, ni pegan tapones, ni meten codazos. Pueden meter la pata e incluso hacerlo en un momento decisivo pero, si se ha llegado a ese momento decisivo no es culpa suya sino del mérito de uno de los dos equipos. Esto si que de verdad sería un verdadero cambio en el arbitraje ACB.